PEÑARANDA DE DUERO
Subir al castillo de Peñaranda para otear el horizonte es algo que realmente merece la pena. No importa el tiempo que haga, no importa si hay niebla o sol, el paisaje lo merece.
Pasear por sus almenas y disfrutar del viento y de ese horizonte inmenso merece la escalada. Y todo ello por no hablar de sus calles, de su plaza, del palacio ... Eso, os lo cuento otro día.
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