Centro de visitantes. Timanfaya. Lanzarote |
Escultura a la entrada de los Jameos del Agua. Lanzarote |
Manrique se consideraba, fundamentalmente, un pintor, y su obra se caracteriza por la creación de espacios y la experimentación de la materia. El amaba su tierra, para él, según sus propias palabras, era "la más hermosa" y se propuso que el mundo viera Lanzarote con sus mismos ojos. Hay que decir que lo consiguió. Algo que te llama la atención en sus creaciones es ese respeto al medio, ese convivir con los elementos que lo conforman hasta crear una simbiosis única entre creación del hombre y materia.
Jameos del Agua. Interior |
Los Jameos del Agua, el Centro de Visitantes del Timanfaya y la propia Fundación César Manrique, son claros ejemplos de esa simbiosis. La utilización de los elementos arquitectónicos y naturales, en este caso, de la isla lanzaroteña, son un total acierto. Todo está ahí, pero no lo ves.
Isla La Graciosa vista desde El Mirador del Río |
Y, por supuesto, admirar, por toda la isla, las numerosas esculturas móviles que diseñó y que podemos ver en muchas de las rotondas que encontramos a nuestro paso.
Desde el Mirador del Río obtenemos una hermosa panorámica de La Graciosa y, en el pueblecito en el que se ubica, podremos degustar unas deliciosas papas arrugaas con esa salsa canaria "... llamada mojo picón". Rojo y verde, como prefieras. Ambas exquisitas.
Fundación César Manrique. Estancia |
Fundación César Manrique. Ventanal |
Su obra queda bien reflejada en alguna de sus frases:
"En Lanzarote está mi verdad".
"Vivimos tan corto espacio de tiempo sobre este planeta que cada uno de nuestros pasos debe estar encaminado a construir más y más el espacio soñado de la utopía. Construyámoslo conjuntamente: es la única manera de hacerlo posible."
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